Melene Condori De la Cruz: una vocación con propósito social
Movida por su vocación y experiencia personal, nuestra egresada de la Facultad de Psicología decidió abrir su propio consultorio en Pachacámac, para enfocarse en la atención infantil y en promover el acceso igualitario a la salud mental.

Melene Condori De la Cruz se inició en el mundo profesional con una meta clara: ejercer su carrera de Psicología en el ámbito clínico y enfocarse en niños y adolescentes. Le interesaba acompañar los ritmos de desarrollo de cada individuo, por eso eligió esta especialidad.
Mientras realizaba prácticas preprofesionales, tuvo la oportunidad de participar en una campaña gratuita de tamizaje psicológico. Entonces, vio con claridad la desigualdad que existe en el acceso a la salud mental: muchas familias no continuaban las terapias por falta de recursos.
Melene no pudo ignorar esa realidad. Fue entonces cuando descubrió que su interés no solo estaba en el campo clínico, sino, sobre todo, en el terreno social y en los temas de trastornos del neurodesarrollo.
Ella también había vivido dificultades, pero gracias a su buen desempeño académico en la etapa escolar logró ingresar a la Universidad Ricardo Palma con el programa Beca 18. Su experiencia de vida y su observación de la realidad la impulsaron a abrir su propio consultorio clínico, pero no uno más, sino un espacio con propósito.

El primer paso
“A finales del año 2023, renuncié a los centros donde trabajaba, Educaterapia y Florecer, para abrir el mío. Mi mamá percibió mi motivación y me apoyó, ofreciéndome un espacio en la casa familiar, ubicada en Pachacámac”, recuerda la joven profesional.
Eso sí, asumió la responsabilidad de realizar las remodelaciones necesarias para que pudiera funcionar como un consultorio. Desde que comenzó a practicar y luego a trabajar, ahorró un dinero que le permitió cubrir esos gastos. Así, en agosto de 2024 inauguró oficialmente su centro médico y comenzó a atender de forma independiente.
No invirtió en publicidad. “Mis primeros pacientes llegaron por recomendaciones. Una mamá le habló a otra mamá de los progresos de su hijo, y luego otra y otra, y así empezó todo. Por supuesto, afronté esta etapa con cierto temor, porque estaba abandonando trabajos seguros, pero me entregué con convicción a este proyecto y me da mucha satisfacción ver que ha funcionado”, comenta Melene.
Actualmente, atiende a niños desde los 2 hasta adolescentes de 16 años, algunos con diagnóstico presuntivo de autismo, con TDAH y otras condiciones del neurodesarrollo. Con ellos, el proceso de intervención toma tiempo, pero poco a poco se ven avances.

Seguir creciendo
En paralelo, Melene estudia una maestría en Psicología e Intervención en Trastornos del Neurodesarrollo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. “Seguiré capacitándome para atender mejor a los niños. Estoy encantada de aportar en temas de inclusión, lenguaje, neurodesarrollo y psicología infantil. Pero, además, en el futuro quiero ser docente universitaria y motivar a los jóvenes a trabajar por un propósito, tal como mis profesores de la Universidad Ricardo Palma hicieron conmigo”, planea la psicóloga.
Actualmente, se prepara para iniciar el SERUM en Cerro de Pasco, como parte de su compromiso con el país. “Quiero ayudar a los demás a partir de lo que he aprendido en la universidad, apoyar, conocer nuevas realidades y luego regresar a Lima para continuar con mi consultorio”, expresa.
Mientras se encuentre en Cerro de Pasco, su centro médico seguirá funcionando gracias al apoyo de colegas. Ella supervisará los casos y viajará a Lima cuando sea necesario para mantenerlo en marcha y también para continuar con su maestría.
La historia profesional de Melene Condori no solo habla de una carrera en construcción: es una forma de devolver, de estar presente y de sembrar futuro. Su recorrido demuestra que el esfuerzo, la empatía y el compromiso social pueden transformar no solo una vida, sino muchas. Es también una lección para todos los estudiantes: cuando el conocimiento se une con la vocación, se abre el camino hacia un impacto real y duradero.
¡Éxitos, Melene!

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