¿Cómo está la economía peruana hoy?
Carlos Parodi
Profesor del Departamento Académico de Economía de la UP
Gran parte de la población siente, en el día a día, que la economía no está bien, pues con las justas les alcanza para vivir. Además, culpan a los políticos, a quienes perciben como corruptos y que solo ven por sus propios intereses. Más aún, el gasto por habitante ha disminuido entre el 2019 y 2023. ¿Qué está pasando?
Primero, la economía peruana tiene un problema de crecimiento. En el 2023, la producción (PBI) cayó 0.55%, luego de crecer 4.3% como promedio anual entre el 2001 y 2022. La caída del 2023 ocurrió por la reducción de la inversión privada, que representa el 80% del total de la inversión en el Perú, durante seis trimestres seguidos. El consumo privado creció solo 0.1% en 2023, luego de crecer 5.1% como promedio anual en el período 2010-19. La inversión pública, siendo importante, no mueve la aguja del crecimiento debido a que solo representa el 20% del total de la inversión. No obstante, entre enero y abril del 2024, la economía retomó el crecimiento, pues ascendió a 2.38%.
Segundo, la inflación se encuentra dentro de la meta del BCR (2% +/- 1% anual). Para el período julio 2023-junio 2024 fue de 1.89% a nivel nacional y 2.29% para Lima. La economía peruana tiene estabilidad monetaria. Más aún, entre el 2001 y 2023, Perú muestra una de las inflaciones anuales más bajas de la región.
Tercero, el tipo de cambio se mantiene estable y no hay, al menos por ahora, señales de que eso vaya a cambiar. El ligero aumento de hace algunas semanas se debe a la mayor demanda por los soles retirados de la CTS y las AFP, así como a la reducción de la tasa de referencia del BCR, que ya se acercó demasiado a su similar en Estados Unidos. Cuarto, el Estado peruano tiene la menor deuda pública de América Latina, y también el BCR tiene el mayor nivel de reservas.
Quinto, el BCR viene bajando su tasa de interés, que ahora se encuentra en 5.75%, igual que la de Chile, pero por debajo de aquella registrada en Colombia (11.75%), México (11.00%) y Brasil (10.50%). Ahora, la tasa de interés de la FED (Estados Unidos) es 5.25% y, de acuerdo con su presidente, no habría intenciones de reducirla hasta agosto o setiembre. Esto puede poner un freno a las disminuciones de la tasa en Perú.
Sexto, el 2023 cerró con un déficit fiscal (exceso de gastos sobre ingresos del Gobierno) de 2.8% del PBI por encima de la meta fiscal establecida. Esto ocurrió por la caída de ingresos tributarios debido a la recesión. No es una buena señal, más aún cuando los analistas esperan un déficit similar o mayor para este 2024, con lo que tampoco se cumpliría la meta. En síntesis, más allá de detalles, la economía peruana atraviesa por un problema de crecimiento, que, a juzgar por los datos del primer cuatrimestre, al menos habría dejado de caer. Entonces, la pregunta fundamental es la siguiente: ¿por qué es clave retomar el crecimiento sostenible? Porque de lo contrario la pobreza no se va a reducir.
Pobreza y vulnerabilidad
Primero, según las cifras del INEI del 2023, el porcentaje de pobres en Perú asciende a 29% de la población. En el 2019, el porcentaje era de 20.2% y en el 2022 era de 27.5%. Segundo, entre el 2022 y 2023, el número de pobres aumentó en 596,000 personas. Tercero, el poder de compra, medido por el gasto por persona, cayó en 10.1% entre el 2019 y 2023, y aún no recupera el nivel prepandemia. Cuarto, entre los no pobres, más de la mitad son vulnerables. Quinto, no pobres y no vulnerables solo ascienden a 39.6% de la población.
En términos simples, para bajar la pobreza, la economía peruana necesita crecer más de 4% anual de manera sostenida. ¿Alguna vez lo hemos hecho? Sí, entre el 2003 y 2011, la economía peruana creció, en promedio, más de 5% anual gracias a la enorme demanda por metales de China; es decir, un factor externo al Perú permitió un fuerte crecimiento y, por ende, la caída de la pobreza desde más de 50% de la población a cifras cercanas a 20%.
¿Cómo se sale de la trampa del crecimiento lento? A menos que aparezca otro período en el que el aumento de la demanda externa permita un mayor crecimiento, lo único que queda es hacer reformas, cuyo objetivo sea elevar la productividad y, por ende, la oferta de la economía. Ahí entran educación, salud, infraestructura y seguridad, entre otros sectores que necesitan ser reformados. Sin reformas no hay paraíso.
Quienes se encargan de hacer las reformas o, al menos de empujarlas, son el Ejecutivo y el Legislativo, pero están muy lejos de hacerlo. Autoridades con desaprobación por encima del 80% no generan la credibilidad para iniciar reformas. Por eso, la evidencia empírica muestra que las reformas se hacen al comienzo de los Gobiernos. Cuando los ciudadanos más vulnerables la pasan mal, no podemos pensar en frivolidades ni en medidas que solo favorecen a los formales.
Desde mi punto de vista, la economía peruana enfrenta un problema de crecimiento económico, debido a la caída de la inversión privada. Esta última se explica por la falta de señales claras por parte del Gobierno. Si revisamos la historia económica del Perú, el principal determinante de la inversión son las expectativas, definidas como las creencias respecto de la evolución futura de la economía. Para volver a crecer se requiere antes volver a creer, y es eso lo que aumentará el empleo y bajará la pobreza.
Empresa Editora El Comercio
Copyright© elcomercio.pe – Grupo El Comercio
Todos los derechos reservados