El especialista destaca que una empresa que gestiona adecuadamente los espacios sociales y ambientales tendrá menos riesgos. “El impacto positivo deriva del alineamiento entre lo que la organización puede dar y lo que la sociedad necesita. Esta práctica que ayuda a entender la zona de influencia es lo que asegura que el impacto llegue donde debe”, agrega Caillaux.

Hoy las empresas con una sólida visión de la responsabilidad social empresarial miden sus objetivos en base a los indicadores ESG (medio ambiente, sociedad y gobierno corporativo) que se han convertido en los pilares de la sostenibilidad.

“La empresa es un generador de valor económico y tiene una responsabilidad moral ante los problemas sociales, no porque tenga la culpa de las diferencias, sino porque tiene la capacidad de dinamizar su potencial”, apunta el especialista de ESAN.

Los objetivos positivos se logran cuando las iniciativas de RSE se planean de la mano con la sociedad. “Es fundamental identificar a los líderes sociales, delimitar necesidades, establecer hitos en conjunto y trazar la línea que lleve hacia los objetivos planteados. Cualquier forma que no incluya plenamente a una de las partes se traducirá en asistencialismo desenfocado que no satisface a nadie”, destaca Caillaux.

✓ MIRADA EMPRESARIAL
Ángel Rodríguez, subgerente de Sostenibilidad y Experiencia del Cliente de Cencosud Perú, opina que para que el impacto escale es clave tener una visión sistémica desde el diseño y concretar alianzas con múltiples grupos de interés. “Si a ello se suma una estrategia de sostenibilidad basada en el consumo responsable, el cuidado del medio ambiente y la generación de valor, la empresa aporta más allá de la compra o transacción”, finaliza.