Homenaje a Manuel Pantigoso

¡Hasta siempre, querido hermano en poesía, Manuel Pantigoso!

Apr 22, 2024

Dr. Eduardo Arroyo Laguna
Secretario del Instituto Ricardo Palma

Manuel Pantigoso Pecero, poeta, dramaturgo, periodista, ensayista, cronista, hombre de letras, falleció hace un mes, después de otro grande, como nuestro exrector doctor Iván Rodríguez Chávez. Ambos han marcado la escena nacional como la institucional con su vida y obra.

El literato Pantigoso Pecero, quien nació en Lima el 27 de agosto de 1936, incorporó a la lírica los elementos gráficos y fonéticos en aras de una poesía total enlazada con el teatro, la música, el fotopoema y la plástica. Doctor en Literatura y Filología, doctor en Educación y profesor emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, realizó estudios de Posgrado en literatura, pedagogía y arte en Perú, Brasil, España e Italia.

La Universidad Ricardo Palma lo distinguió con el doctorado honoris causa y diversas universidades lo incorporaron como profesor honorario. Fue miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española, y también miembro correspondiente de la Academia de Letras de São Luiz de Maranhão (Brasil). Obtuvo las Palmas Magisteriales del Perú en el Grado de Maestro (2000), la “Médaille de l’Assemblée Nationale Française” (París, 2009), y el Estado Peruano le otorgó la “Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el Grado de Gran Oficial” en el año 2023, por su aporte a la cultura y a la educación en el Perú.

Dirigió talleres de poesía y de Educación por el Arte en diferentes ciudades de América, Europa y Asia. El rigor de la palabra labrada, la belleza escritural y gran sensibilidad se transparentan en sus poemarios “Salamandra de hojalata”, “Sydal”, “Reloj de flora”, “Contrapunto de la mitomanía”, “Nasca”, “Amaromar”, “Arte-misa”, “Calicantos de la pared del viento”, “Sueños al canto (antología)”, “En-clave de sol del color” (francés-español), “Antología Pessoal” (portugués-español), “Retablo de la naturaleza”, “Los siete universos del jardín de Magdalena”.

En el campo de la investigación literaria incluyó a escritores nacionales poco conocidos, como César Atahualpa Rodríguez, Mario Florián, Gamaliel Churata, Nicanor de la Fuente. No solo fue director de la Oficina Central de Extensión Cultural y Proyección Social de nuestra casa de estudios superiores, sino presidente del Instituto Ricardo Palma, entidad que agrupa a los estudiosos de la obra de nuestro patrono, y que ha cumplido 27 años de funcionamiento, realizando cada año la re-visión de las “Tradiciones Peruanas” y la convocatoria escolar sobre textos y la figura de Ricardo Palma.

Experiencia personal

Conocí en persona a Manuel Pantigoso Pecero hace 27 años, hijo del connotado pintor arequipeño Manuel Domingo Pantigoso y de la dama española, doña Antonieta Pecero. Rindió pleitesía a su padre, por ello logró que uno de los parques del distrito de Magdalena del Mar, en donde vivió durante su niñez, llevara su nombre.

Iván Rodríguez Chávez me lo presentó a fines de 1996. Ellos venían de una larga amistad y hermandad. Sus amigos lo llamaban Manolo. Había sido profesor de Iván en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, siendo ambos muy jóvenes.  Manuel destacaba en el teatro como director y autor de obras dramatúrgicas, y pronto devino en poeta. El rector que ingresaba al gobierno universitario de la Universidad Ricardo Palma en ese entonces me pidió que le ofreciera un espacio transitorio en la oficina de Imagen Institucional, hasta que se le acondicionara un local propio, lo que se consiguió pocos días después. Él era nuevo en nuestra institución. Nos iniciamos en el trabajo conjunto y el 7 de febrero de 1997 fundamos el Instituto Ricardo Palma, junto a las figuras señeras de Estuardo Núñez Hague, César Miró, Carlos Eduardo Zavaleta, Guillermo Ugarte Chamorro, Marco Martos, Iván Rodríguez Chávez, Ricardo González Vigil, Roberto Reyes Tarazona, Dora Bazán, Jorge Cornejo Polar y otros.

Manuel, siempre inclusivo, introdujo a Iván Rodríguez Chávez en el mundo de la poesía, editándole su poemario “Melodía de la nostalgia”, que presentáramos en la Casa Museo Ricardo Palma, una entidad amiga, casa de nuestro patrono don Ricardo Palma. Igualmente, al lado de Marco Martos, fue uno de los comentaristas de mi segundo poemario titulado “Entre bosques”, presentado a fines de 1997 en la Feria Internacional del Libro.

Me contó que estaba casado con la literata brasileña Lucia Velloso, con quien tenía tres hijos y una hija. De su infancia, me informó que estudió en los colegios Zarumilla y la Gran Unidad Escolar Bartolomé Herrera, en la avenida La Marina, a donde iba a pie por la cercanía a su casa, y que en sus aulas aprendió mucho de sus profesores en una época en que las grandes unidades escolares transmitían una educación de calidad.

Nuestro poeta vivió pues en el distrito de Magdalena del Mar, jirón Libertad, tierra de buena poesía, como la ha inmortalizado el vate Carlos Zúñiga Segura. Era amigo de Estuardo Núñez Hague y tuvo la experiencia de trabajar como director del suplemento Crónica Cultural, del diario “La Crónica”, bajo la batuta de Augusto Tamayo Vargas, en el que también laboraba su amigo y discípulo Iván Rodríguez Chávez. Compartí con él la dirección del programa radial “Palma Mater”, en Filarmonía, dirección que luego él asumió por más de 20 años.

Con Manuel, yo como secretario del Instituto Ricardo Palma, hemos organizado cerca de 20 jornadas de la revisión de las tradiciones peruanas con los extranjeros Roland Forgues (Francia), Miguel Ángel Vega Cernuda (España), Ana Valero (España), Graciela Batticuore (Argentina) y algunos nacionales ya fallecidos como Wellington Castillo y colegas de Ica, Piura y otros departamentos.

Así también, realizamos recitales de poesía con miembros de la Academia Peruana de la Lengua. Fue un activista que nunca cesó de trabajar, organizando actividades y produciendo libros y publicaciones diversas con sus asesores Ligia Balarezo, Antonio Sarmiento y Mario Caldas.

Algunas de sus obras

Autor de más de cien libros e impulsor de la Educación por el Arte cerró su jornada vital con su inmortal obra “En el nombre del Perú” y la presentación de su teatro poético “Salamandra de hojalata”, antecedida por “Cantata de amor antiguo a la Señora de Cao”, “Cantatapu a Pariaqaqa Apu del Kunturkoto”, “Las tablas de la Pachamama”, “Las puertas de Vallejo”, “Luz de cristales en la roca”, género del cual es creador. Dirigió las revistas “Tradición” (Rectorado) y “Aula Palma”. En Radio Filarmonía, ofreció conferencias sobre las obras de escritores nacionales, desde el 2006 hasta el 2019, agrupadas bajo el sugestivo título de “En el nombre del Perú”.

Transparente y fraterno en la promoción de valores estéticos y humanos, Pantigoso es considerado uno de los grandes promotores y gestores culturales del país. Generoso, trabajólico, no fue agua de malvas. De carácter fuerte, supo combatir a aquellos con los que no comulgaba en sus concepciones artísticas. Su obra será recordada en el cenáculo de las letras y las humanidades y él será rememorado como un maestro pleno de enseñanzas y consejos, así como de iniciativas para el trabajo cultural.

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