Claves para impulsar la transición energética

Por Fiorella Iberico

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha demostrado que el tema energético puede desestabilizar el mundo. Independientemente de la contaminación ambiental que supone el uso de combustibles fósiles, el hecho ha puesto en evidencia la forma en que los países están supeditados al precio y a la producción de un solo tipo de comburente, el petróleo en este caso.

Como sostiene Elmer Ramírez, profesor a tiempo completo en la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) y especialista en energías renovables, la idea es tener alternativas energéticas que eviten que dependamos en gran medida de sola una fuente energética.

En nuestro país, el porcentaje de energía renovable que se produce es mínimo: la solar alcanza 2.19% y la eólica 3.21% del total de la matriz eléctrica nacional. Juntas superan apenas el 5%, una cifra bastante baja en comparación con lo que se genera en otros países.

Para transitar hacia un nuevo modelo energético, Ramírez sostiene que el rol del Estado es fundamental para promover una matriz energética diversificada. “La nuestra se basa en la hidroenergía y el gas natural. Si cualquiera de estas falla, nos veremos en problemas”, sostiene. De ahí que lo ideal sea reemplazarla por una que contemple hidroenergías, energías renovables e hidrocarburos, pero estas últimas en menor medida, para no impactar tanto en el medio ambiente.

También hay un tema técnico detrás. Aparte de que se requiere cada vez más empresas inversoras dispuestas a construir plantas de energías renovables en nuestro país, es imprescindible fortalecer nuestras líneas de transmisión, de tal manera que sean mucho más sólidas para hacer posible el paso de la energía. “Si conectamos muchas al mismo tiempo, vamos a tener un sistema desestabilizado porque no está preparado”, explica.

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Verónica Arbulú, gerente Legal y Asuntos Corporativos en Statkraft, menciona otra variable de gran importancia para hacer posible esa transición. Esta tiene que ver con el marco regulatorio. “El Perú cuenta con un gran potencial de energía renovable, pero hace falta que el Estado defina un sistema regulatorio adecuado para que la inversión continúe”, menciona.

Concretamente, Arbulú hace referencia a la importancia de auditar las condiciones de operaciones de las centrales térmicas, para que se puedan corregir temas como las inflexibilidades operativas. Por otro lado, trabajar el aspecto social es otra arista primordial para facilitar que las energías renovables estén cada vez más disponibles. En ese sentido, Ramírez comenta que tiene que mejorarse la comunicación con las comunidades para despejar esa falsa idea de que las empresas inversionistas vienen a “llevarse” la riqueza de sus regiones.

“El recurso energético renovable en el país permite tener proyectos y centrales con factores de planta de clase mundial”, enfatiza Arbulú. No obstante, hace falta trabajar en estos aspectos para lograr esa transición energética que necesita el Perú y que, sobre todo, repercutirá en el bienestar del planeta.